Director del Organización de Pueblos Indígenas dice que "plebiscito es una garantía para la paz de Colombia"
Aseguró que el plebiscito blinda el texto acordado en La Habana.
El plebiscito en el que los colombianos decidirán si aprueban o no el acuerdo de paz con la guerrilla de las FARC garantizará el cumplimiento de lo pactado, aseguró el director del Observatorio Nacional de Pueblos Indígenas de Guatemala (OPI), Mario Itzep, en una entrevista con Efe.
El líder indígena, que pertenece al pueblo maya, aseguró que el plebiscito, mecanismo de refrendación del acuerdo rubricado el pasado 24 de agosto en La Habana y que será firmado el próximo 26 de septiembre en Cartagena, blinda el texto, y desearía que ese mecanismo lo hubiera adoptado su país para los acuerdos concluidos en 1996.
"El plebiscito es una garantía política para que cuando llegue cualquier partido político al poder no se puedan cambiar los contenidos y condiciones que tiene el acuerdo de paz", manifestó Itzep, quien visitó esta semana Bogotá para participar en el Foro Nacional de Participación Ciudadana.
Itzep consideró que el plebiscito, una promesa del presidente Juan Manuel Santos para que sean los colombianos los que tengan "la última palabra" sobre lo acordado con las FARC, es "una ruta que ayuda mucho para poder sentar las bases de un acuerdo de paz que sea duradero en el Colombia".
En Guatemala, entre 1991 y 1996, se firmaron doce acuerdos de paz entre el Gobierno y la guerrillera Unidad Revolucionaria Nacional Guatemalteca (URNG) para acabar con un conflicto armado de más de 20 años.
Sin embargo, no fue hasta 1999 cuando se convocó un referendo para hacer una reforma constitucional y cambiar algunos puntos del acuerdo final, en la que la opción del "no" fue la ganadora.
"A mí me llama la atención que en Colombia se haga un plebiscito para preguntar a la ciudadanía si aprueban el acuerdo de paz, porque nosotros en Guatemala no lo tuvimos y después hicimos cuatro reformas a la Constitución para cambiar parte de lo que se acordó, pero lamentablemente ganó el 'no'", detalló.
Igualmente, Itzep aseguró que aunque no se le preguntó a los guatemaltecos si estaban a favor o no del proceso de paz, "la sociedad estaba muy consciente de que existían unos acuerdos".
Con la firma de la paz en Guatemala se puso fin a la guerra de guerrillas que entre 1960 y 1996 dejó unas 250.000 víctimas, entre muertos y desaparecidos, pero la aplicación no fue la más efectiva y la violencia resurgió en forma de la guerra de pandillas que afecta a varios países centroamericanos.
"En Guatemala no hubo políticas públicas de desarrollo económico después de alcanzar el acuerdo y por eso surgieron las pandillas, por la debilidad de las instituciones y como parte de una migración de jóvenes desatendidos por el Estado", añadió.
En el caso colombiano, todavía persisten grupos guerrilleros como el Ejército de Liberación Nacional (ELN), un reducto del Ejército Popular de Liberación (EPL) y bandas criminales, la más grande de ellas el llamado "clan del golfo", que constituyen una amenaza para la paz.
"Yo creo que Colombia debe hacer una ruta de proyección para invertir en proyectos de desarrollo económico, crear espacios de participación ciudadana y políticas públicas para combatir esas bandas criminales", puntualizó.
Itzep considera además que en Colombia se debería crear una comisión de alto nivel en la que se reconozcan los derechos de los pueblos indígenas y que haya consultas previas sobre su territorio ante el acuerdo de paz.
"Los ojos del mundo está puestos en ustedes. Nosotros hemos escuchado sobre el proceso de paz y los pueblos indígenas dicen que se debe parar esa guerra, la vemos como una posibilidad muy grande para defender los derechos de las comunidades", señaló.
Itzep se refirió además a la situación de su país, del que aseguró que, a pesar de que hace 20 años se firmó la paz, hoy está a las puertas de ser un "Estado fallido" por el colapso del sistema educativo, de salud, político y económico, lo que abre la oportunidad para hacer reformas.
"Hay una cooptación de la elite económica hacia el Estado a través de financiamiento de los partidos políticos. Guatemala está pasando ahora una crisis donde hay posibilidades de reformas profundas a partir de los contenidos que no se dieron hace 20 años con el acuerdo de paz", concluyó.
EFE